Plenitud de las espigas


De pronto comenzó amar todos los senderos los
tramos abiertos de las inquietudes las milagrerías y el
aroma desconocido del espacio. Buscó en todas partes
el amor a la vida la retórica de las inútiles lágrimas en
el amanecer de todas las cosas.
Nada escondió en el reloj invisible de los tantos
inviernos legitimados y reclamó -vano intento-
alcanzar el umbral de un mismo universo.
Se apoyó en las espigas arrojó los escombros con
su mano despoesída cambió los miedos alteró las
entrañas de la tierra con sus propias herramientas
y sembró sin detenerse la sustancia de los mundos.